Existen incluso grupos y sectas donde se propaga éste pensamiento suicida y peligroso, que va en contra de toda idea positiva acerca de la vida.
Es el caso de lo sucedido en la Guyana, donde paradójicamente un lugar conocido por sus hermosos paisajes, se convirtió en escenario de muerte.
En 1978 fueron congregadas más de 900 personas bajo la llamada secta “templo del pueblo”. Estas personas fueron convocadas ante el pensamiento de "la inminencia del fin del mundo" y como protesta a las opiniones de un congresista que habría llamado a la secta como “peligrosa”. En medio de discursos por parte Jones fundador de la secta, ordenó el suicidio de todos sus acólitos.
Personas de todas las edades y condiciones sociales, madres, hijos, familias enteras, casi todos murieron inhumanamente, tras haber bebido limonada mezclada con cianuro. Los niños fueron inyectados en la boca con un líquido venenoso y los que no accedieron a las órdenes de Jones fueron víctimas de disparos. Fue uno de los peores casos de suicidio colectivo y masacre en la historia de la humanidad.
El del suicidio masivo en la Guyana evidencia, el caso de personas que a simple vista son “falsos profetas” del siglo XXI, que se hacen llamar líderes de movimientos y convocan multitudes causando euforia, desesperación y consternación. Plantean temas como el fin del mundo para generar caos, pero de manera oculta es incalculable el lucro económico que este tipo de acciones les trae.
Sin embargo, no se puede desmentir que más de 900 personas murieron pensando que hacían bien suicidándose y tal vez lo hicieron con la convicción de que irían a cielo.
Según los cristianos, el suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo, ya que se considera que sólo Dios posee el poder y derecho en la vida de cada uno de nosotros. Todas las religiones desaprueban el suicidio. En la religión católica, el “no matarás”, no se refiere sólo al homicidio del prójimo sino también al homicidio de sí mismo, que es una de las tantas definiciones de suicidio. El suicidio se considera un pecado, pues priva a Dios de disponer de nuestras vidas. Esto querrá decir que ¿todas las personas fueron condenadas o apelaron a la misericordia de Dios?
La “Liberación del alma o la destrucción de los infieles” son los argumentos que justifican a lo que se denomina un kamikaze, que es aquel que lleva a cabo una acción suicida matando al mismo tiempo a otros inocentes.
El suicida o kamikaze sea musulmán o no decide morir, porque piensa que su inmolación representa un bien para sí y un gesto heroico digno de imitar por otros. Algunos dicen que realizar este tipo de acciones, se da inspirado en motivos culturales y políticos como el ideal de una patria libre, pero en el fondo actúan movidos por un odio impecable contra su enemigo. El kamikaze musulmán tiene la convicción de que su sacrificio será compensado con un paraíso de placeres y un harem de mujeres esperándole.
Recientemente se conoció el caso de una mujer proveniente de Rusia, la cual tenía 17 años y era una “viuda negra”, esto quiere decir era esposa de un terrorista fallecido, la que fue protagonista de un atentado en un metro de la ciudad de Rusia que dejó 40 muertos y se convirtió en uno de los más letales en los últimos años en Rusia. Según los medios de prensa rusos, después del atentado encontraron encima de la suicida una carta en árabe que decía "nos veremos en el cielo".
Esto confirma la hipótesis de éste ensayo, acerca de que para muchos el suicidio es una respuesta frente a la vida. Más aún para aquellos que crecen bajo este concepto y creencia proveniente de su lugar de origen, como lo son los países del medio oriente donde no hay quien merezca culto sino Alá.
El suicidio visto como medio de salvación es algo existente desde mucho tiempo atrás, sin embargo desde los últimos cinco años ha crecido a grandes pasos “la generación Emo”. Estos son un grupo de jóvenes que visten de manera llamativa, con el fin de llamar la atención.
El diario El Universo publica:
“Los jóvenes Emo visten de negro y utilizan un look que cubre uno de sus ojos. En algunos casos se ven tristes; según un estudio hecho en México es porque el 40% de ellos tiene tendencias suicidas”
Estos jóvenes constan entre los 12 y 25 años, tienen una conducta agresiva frente a la vida y dicen ser incomprendidos por la sociedad. La gran mayoría marcha frente el argumento de que la autoagresión es un medio que los libera de sus problemas. Son alarmantes las imágenes que corren por el internet evidenciando este tipo de conducta, las cuales aún no son consideradas peligrosas para algunos expertos; de hecho muchos padres de familia desconocen esta tendencia y creen que es una simple moda.
He citado tres casos, de diferentes sociedades por así decirlo, edades, grupos sociales y étnicos, lo que lleva a pensar que el concepto del suicidio como alternativa frente a la vida es real y latente. Lo que para muchos es algo inexplicable e inhumano, para otros es la finalidad de su existencia.
Lo cierto es que existe parte del mundo con un criterio distinto que el nuestro, pero en estos casos ¿debemos respetar la opinión de ellos o hacer algo para evitar este tipo de desastres que incluso toma la vida de gente inocente?
¿Hasta que punto se debe permitir la existencia de este tipo de corrientes, sectas o creencias? Muchas de estas manifestaciones, van de la mano con la realidad mundial, por ejemplo, los conflictos universales, la falta de valores, la crisis familiar y personal, la violencia, en algunos casos la falta de empleo, en fin un sin número de agravantes que afecta en la mentalidad de la persona.
Lo curioso es que ninguna de estas personas, toma en cuenta estas razones para buscar mejor solución a sus problemas, ya que no existe problema para ellos. En el caso de las religiones del medio oriente, es aún mas complicado ya que sería cambiar una ideología existente y que ha traído tanta muerte y tragedia para ese lado del mundo.
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