jueves, 8 de abril de 2010

LOS SAPOS PUEDEN ANTICIPAR TERREMOTOS


El equipo de investigadores que vigilaba a  unos anfibios en el sitio de reproducción notó un brutal cambio de comportamiento en estos animales. Se percibió que los sapos comunes, bufo bufo, tenía un comportamiento no habitual unos días antes de un sismo en Italia. Justo en sus días de apareamiento o “temporada de los amores”. Quizás deberíamos de creer en ellos y tomar en cuenta estos pequeños animales,
Cinco días antes del sismo antes mencionado los sapos Bufo bufo, machos presentes en el sitio de reproducción se redujeron en un 96%, detallan que esto no es un comportamiento normal en ellos, y que cuando los sapos aparecen para reproducirse, se quedan normalmente muy numerosos y muy activos en el sitio de reproducción hasta terminar su “temporada de los amores”, pero en este caso no lo hicieron.
En los tres días que precedieron el terremoto, la cantidad de copulaciones de los sapos se redujo a cero, quienes abandonaron el sitio de reproducción a medida que se acercaba el día del terremoto, y en los días posteriores eran mucho menos que los años precedentes: 34 contra entre 67 y 175. Hasta el 15 de abril, o sea una decena de días después del sismo y dos después de la última réplica importante, la cantidad de sapos fue menor que la normal.Publicado la revista científica Journal of Zoology,
Los animales podrían tener un sentido especial, sobre todo para ver más allá de los que los humanos quizás no podemos ver, sería muy interesante y sobre todo tomar en cuenta a los pequeños anfibios. Pueden poseer un extraordinario desarrollo de sus facultades perceptivas, que les permiten ver cosas no tan comunes. Con una capacidad premonitoria excepcional  que quizás son capaces de detectar la proximidad de terremotos.
Se encontraron cadáveres de sapos en Tegucigalpa, el 22 de marzo del presente año, a causa del comportamiento desconocido en la “temporada de los amores”. Los investigadores confiesan que no saben "qué señal medioambiental" percibieron los sapos "tanto tiempo antes del sismo", pero observaron que la disminución de su actividad coincidió con las "perturbaciones pre sísmicas en la ionósfera".
La detección de perturbaciones de orden sísmico es caracterizada por una disposición de sensores a manera de red que orientar una cámara de vídeo que transmite imágenes en tiempo real a unos centros de reacción ubicados estratégicamente. Este sistema hace que se detecten perturbaciones pre sísmicas coincidió con el comportamiento desconocido de los anfibios. Se dice que en el pasado otros animales, peces, elefantes, lobos, serpientes habían sido observados en busca de signos precursores de los terremotos, pero ninguno aportó elementos tan convincentes como los sapos.
Las perturbaciones que se detectan en las frecuencias bajas de radio están ligadas a escapes de radón, gas radioactivo, que podría causar cáncer al pulmón en los humanos, EL radón es un gas radiactivo que proviene de la descomposición natural del uranio un elemento que está presente en las rocas, el suelo y el agua. Los niveles de radón al aire libre representan un riesgo mínimo para la salud humana, sin embargo este puede acumularse en el interior de cualquier edificio hasta alcanzar niveles perjudiciales para la salud. No se puede ver, oler ni probarlo, pero cuando su nivel es elevado dentro del hogar, puede afectar a la salud de toda una familia.
Tim Halliday de Oxford, Grant observo los sapos unos días antes del terremoto en L’Aquila, y se percataron del comportamiento raro de los anfibios. Los científicos mostraron en un artículo publicado en la revista científica que el comportamiento de los sapos en la temporada de los amores podría permitir “prever lo imprevisible”,
Se dice que al empezar un temblor o terremoto, los perros empiezan a aullar con ansiedad, y otros animales también empiezan a manifestar un comportamiento extraño, tales como peces que saltan del agua, topos que se salen de sus madrigueras y animales en hibernación que salen de sus escondrijos antes del temblor, estos mitos o solo coincidencias de las cuales no se han aceptado científicamente, pero se dice mucho de ellos y en la antigüedad se hablaba mucho de estas creencias.
Los perros tienen 40 veces más células olfativas y aunque su vista no le permite identificar un objeto inmóvil a más de 300 metros, si lo puede oler; su rango de sonidos audibles es mucho mayor, pudiendo además orientar sus orejas, lo que les permite una mejor captación de los sonidos. Los gatos poseen unos sentidos sumamente agudos. Reaccionan a sonidos y vibraciones que nosotros, los humanos, somos incapaces de percibir, ya que están equipados de un oído sumamente agudo, capaces de escuchar sonidos inaudibles para el oído humano, una vista excepcional incluso en la oscuridad y un olfato muy desarrollado, siendo muy sensibles a los fenómenos eléctricos y barométricos, de modo que no es sorprendente que puedan sentir que va a llover, o detectar un terremoto o una erupción volcánica.
Los sapos quizás pueden hacer lo mismo, si los gatos y los perros tienen un órgano más desarrollado que el humano, estos anfibios podrían detectar los sismos, los científicos están investigando y aceptan de que estos animales son los que más se han acercado y han aportado elementos más convincentes, que el resto de animales, de los cuales se creía en el pasado.
Sin embargo existen testimonios y hechos probados que llevan este "Sexto Sentido" a otros niveles que escapan de toda explicación científica.
Un ejemplo histórico, es el comportamiento del gato de Sir Winston Churchill, ex primer ministro de Inglanterra en  la época de la segunda guerra mundial, que se encontraba muy enfermo, en cama, atendido por sus médicos. Una noche cuando ya parecía que estaba fuera de peligro, su gato empezó a maullar para salir de la habitación. Al día siguiente, Churchill amaneció muerto, habiendo presentido su gato su muerte, mejor que los doctores.
No es raro que un gato intente descolgar el teléfono que suena, sólo si es su amo el que llama, o el caso de felinos que han recorrido miles de kilómetros para encontrar a su amo. Estas son situaciones de las cuales se ha creído que los animales tienen un sexto sentido. Los anfibios dejan de aparearse por algún motivo, su temporada de amores, nunca es interrumpida, quizás por este motivo que es muy especial e importante, como son los sismos, dejan esta etapa de su vida a un lado y lo que tratan de hacer es huir.

Cinthia Herrera 

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