Un proyecto de ley, frente a un principio universal
Miércoles 09 de diciembre del 2009
Diario El Universo
Uno de los temas sobre los que más se ha escrito y comentado en los últimos meses ha sido el de la Ley de Comunicación. ¿Por qué ha generado tanta polémica el diseño del proyecto de esta normativa? ¿Es un tema que solo afecta a los medios?, ¿cuánto afecta a la ciudadanía?
El 16 de septiembre pasado, la Asamblea Nacional conformó una comisión especializada ocasional de once miembros –seis de ellos del partido oficial– a la que le encargó la prepararación del proyecto de ley sobre esta materia para que sea debatido en el pleno del legislativo, es decir, ante todos los asambleístas. El documento quedó listo el 21 de noviembre y hoy se realizará el primero de los dos debates a los que debe someterse todo proyecto de ley antes de su aprobación en la Asamblea, previa a la aprobación o veto del Presidente de la República .
Tres anteproyectos: uno del movimiento oficial (PAIS), otro del Foro de Comunicación, grupo auspiciado por Pachakutik, y un tercero que presentó el asambleísta César Montúfar, del movimiento Concertación Nacional Democrática fueron los antecedentes oficiales de este documento.
Paralelamente, se realizaron foros privados y públicos; también hubo marchas en rechazo del anteproyecto oficial, que a criterio de algunos grupos coarta la libertad de expresión y de información y busca callar a los medios de comunicación, para evitar que estos denuncien actos de corrupción, ilegalidades o negligencia del sector público. Del lado del oficialismo y de varios sectores se criticó a los medios asegurando que se oponen porque, dicen, estos no quieren ser regulados y buscan defender intereses empresariales.
Hay quienes cuestionan que haya una ley para la comunicación, pues ya existen mecanismos para sancionar los excesos en esta materia; sin embargo, el texto que se aprobó con la Constitución en la consulta popular realizada el 28 de septiembre del 2008 incluía disposiciones transitorias (normas a cumplirse por el paso de un marco legal a otro), que señalan que la Asamblea Nacional debía aprobar una Ley de Comunicación.
Al celebrarse hoy el Día de los Derechos Humanos, EL UNIVERSO ha considerado importante plantear a la opinión pública un debate especializado sobre este proyecto de ley, pues está vinculado al derecho a la libertad, que, sumado al derecho a la vida y al de la seguridad de una persona, constituyen la esencia de la declaratoria suscrita por más de 50 países en 1948, en la que se reconoce que “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión” y que “este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Para tal debate, este Diario invitó a periodistas de diferentes rincones del país que trabajan en medios escritos y en la televisión y radio privadas a emitir sus criterios especializados. También a comunicadores extranjeros, por cuya trayectoria son referentes del periodismo iberoamericano.
Criterios basados en el conocimiento del oficio, en el ejercicio diario de la profesión.
Suman ciento cuatro voces periodísticas. Ciento cuatro criterios en alusión a los 104 artículos de este proyecto de ley.
Una normativa relacionada con el periodismo, oficio con función social basada en principios fundamentales. ¿El primero de ellos? Proporcionar al ciudadano la información que necesita para ser libre y capaz de gobernarse a sí mismo. Para cumplir esa tarea, quien lo ejerce debe ser fiel, entre otros elementos, a su obligación con la verdad, a ser leal ante todo a los ciudadanos, a tener la disciplina de la verificación, a mantener su independencia con respecto a aquellos de quienes informa, a ejercer un control independiente del poder, a ofrecer un foro público para la crítica y el comentario, así como respetar la conciencia individual de sus profesionales.
En el nuevo siglo, una de las interrogantes más serias que puede plantearse la sociedad democrática es si la prensa independiente podrá sobrevivir. La respuesta dependerá de que los periodistas tengan la lucidez y convicción suficientes para determinar qué significa ser prensa independiente, y de que al resto de ciudadanos les importe tener una prensa independiente debido precisamente a su condición de ciudadanos.
Opinión
El editorialista tiene un estilo de ironía, mostrando cierta burla al inicio diciendo que pese a que se reúnan los asambleístas igual quien tomará la decisión final va a ser el Presidente, entonces todo el trabajo que están realizando es en vano; para eso él mismo puede plantear lo que quiere prohibir, adornándolas con palabras “bonitas” que es lo que ha estado haciendo durante este tiempo.
La preocupación como medio de prensa es notorio, tan solo el hecho de que el estado quiera “disciplinar” a los medios de comunicación puede tener su segunda intención, con esto el gobierno puede conseguir tapar la corrupción o negligencia que en muchas ocasiones se presentan. El escritor concluye con interrogantes planteando si realmente a los ciudadanos les importa tener una prensa independiente, y si estos saben el significado de la misma; para esto los periodistas son los que deben tener la convicción y lucidez para explicarla.
Por: "Carol"