El asesinato en cualquiera de sus formas no tiene ninguna justificación. A lo largo de la historia he sido testigo de crímenes contra ciudadanos inocentes cuyo único error fue estar en el momento y lugar equivocados, y todo por ideas fundamentalistas y extremistas que cobardemente buscan justificar sus crímenes con excusas nacionalistas discriminatorias. El más reciente ataque terrorista del 29 de marzo en el metro de Moscú que dejó 39 muertos y 73 heridos constituye otra lamentable estadística de atentados en el mundo.
En una semana ya han sido cuatro atentados que han tenido lugar en Moscú y las regiones separatistas de Daguestán e Ingushetia. La condena internacional ha sido unánime y el mundo se solidarizó con Rusia. Como ciudadano estoy en contra de estos crímenes que lo único que hacen es acrecentar el odio. Los chechenos aducen que sus actos están justificados y que son en respuesta a la violencia y el régimen impuesto por Moscú, que hacen lo que hacen por defender sus derechos, su ideología, sus derechos. Pero ¿qué manera de hacerlo? ¿Es justificable que por defender su vida y la de sus hijos acaben con la vida de personas que no tienen nada que ver en su problema?
La lucha por la independencia, por deshacerse de un opresor, ha sido una constante en la historia de la humanidad. Siempre habrá un gigante imperialista que a la fuerza, con cañón en mano entrará sin pedir permiso en naciones pequeñas. En la región del Caúcaso le tocó a Chechenia, un territorio habitado por musulmanes que vieron cómo sus tierras fueron invadidas por Rusia en la década de los 90s. Pero ¿Por qué los rusos invadieron el Cáucaso? La razón como en la mayoría de incursiones bélicas, fueron intereses económicos. En Chechenia se encuentra una gran cantidad de gaseoductos y oleoductos, que a Rusia no le viene nada mal en sus planes de retomar su papel de potencia mundial y hacerle frente a las potencias de occidente. La maldición del petróleo llevó a otra guerra, llevó a los rusos a invadir Chechenia e imponer un régimen que controlara y reprimiera a los musulmanes con ansias de independencia.
No es el primer atentado islamista en Rusia y capaz no sea el último, lo que me hace pensar, ¿cuántos atentados más espera el Kremlin que sufra su propia gente para pensar en conceder la independencia a personas que dan sus vidas por ella? Es otro absurdo de la modernidad: ver morir a nuestra propia gente a manos de personas que también se matan reclamando solo su libertad, y que el gobierno lo único que haga es lamentarse, amenazar y avivar la llama de odio entre estos pueblos. ¿Cuántos trenes más tendrán que volar para que Medvédev empiece a pensar al menos en abrir la opción de un diálogo con el pueblo checheno y concederle su independencia. ¿Cuántas mujeres musulmanas más tendrán que usar sus cuerpos como bombas de tiempo para que la comunidad internacional presione a Moscú para que tome medidas que no sean bélicas?
Las maneras de reclamar de Chechenia no son las correctas; están en su derecho de hacerlo. ¿Quién no lo haría si su patria ha sido invadida, si su religión y creencias han sido pisoteadas? El gobierno ruso se ha empeñado en incrementar la ira de los separatistas, en su época de presidente Putin nombró a Ramzán Kadírov como presidente de Chechenia, un joven que se debe a Moscú y que atropella al pueblo checheno; que utiliza una fuerza de choque los “kadyrovski” para cometer brutalidades y acallar a cualquiera que emita un suspiro de oposición. Es justo el reclamo checheno, su gente muere, desaparecen por alzar la voz y reclamar independencia, sus mujeres son violadas, sus recursos exprimidos y ellos aun sumidos en los escombros y recuerdos de las invasiones rusas que destruyeron Grozny, la capital.
Los atentados y el terror no son la manera correcta de reclamar, si usamos la fuerza inmediatamente pasamos de hacer un reclamo a la ofensa, por mucha razón que tenga Chechenia, el terror no es solución al terror. Esto se convertirá en un círculo vicioso que seguirá dejando muertos inocentes mientras los autores intelectuales de esta masacre de bando y bando seguirán enviando kamikazes y mercenarios al Cáucaso. Los chechenos pueden decir que deben responder de esta manera porque son agredidos y porque quieren vengarse de
los abusos que han sufrido en las últimas décadas, pero la violencia no es la única opción. La historia me dio el ejemplo de grandes líderes que instaron a sus pueblos a luchar, pero luchar de forma pacífica. La resistencia pacífica que muchos pueden calificar como inútil ya le dio resultados a Gandhi y motivó a una nación inmensa a resistir y obtener su libertad.
Hasta ahora la violencia de parte y parte no ha llevado a ningún lado ni ha dado chispazos de una solución. Debería pensarse una vez en sacrificar sus vidas sin hacer daño a los demás, sacrificarse con la conciencia tranquila sin hacer daño a inocentes en nombre de Alá. Resistir al tirano ruso con honor y sin mancharse de sangre, quizás esto lleve a que la comunidad internacional despierte de ese letargo en el que está y alce sus voces contra la invasión rusa, esto por lo menos sería un gran primer paso.
Por Rolo
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