Mucho se ha cuestionado la relación entre las (FARC, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) con los gobiernos llamados socialistas del siglo XXI como los de Rafael Correa en Ecuador, Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua y estos por nombrar a los más representativos actualmente. Algunos dicen que están ligados más de lo que nosotros pensamos, pero realmente: ¿Será verdad o es una más de las tácticas para generar polémica?
La verdad total de estos vínculos puede que nunca la sepamos, pero en lo que la mayoría podemos acertar que hay intereses ocultos, los cuales desconocemos. Lo que si preocupa son los fines de estos gobiernos de mantener dicha relación con los llamados “terroristas” como las FARC son catalogadas a nivel mundial. La palabra táctica es conveniente utilizarla porque no sería raro que estos mandatarios-Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega- causen controversia una para generar mayor atención hacia sus países y otra para tener notoriedad o popularidad como buenos “populistas” que son.
Algunos analistas y políticos consideran- en el caso de Chávez- que su aparente llamado a un enfrentamiento militar con Colombia, es una forma para elevar su popularidad, apartar a autoridades fronterizas de oposición y ayudar a la guerrilla de las FARC. En el caso de Rafael Correa en una publicación de un diario español se dijo que este grupo entregó 400 mil dólares a su campaña en el 2006. Mientras que diarios nicaragüenses aseguraron que Ortega se reunió en privado con la guerrilla en julio del 2008 y un sinnúmero mas de informes que cada día salen a la luz y de los cuales uno se asombra o
Todas estas noticias publicadas en los diferentes medios de comunicación, han sido negadas o aceptadas por estos mandatarios ya sea en sus cadenas nacionales o en diferentes eventos de tipo político a donde han asistido, pero aquí es donde como ciudadana de una nación podría cuestionar del porqué mantienen relaciones con ese tipo de guerrilla que de alguna u otra forma hacen daño a Colombia y más aún a la familia de los miles de secuestrados.
Por una parte todos estarán de acuerdo con los compromisos humanitarios con las FARC, aunque otros no compartan, ya que no es una buena imagen como país involucrarse con ellas, ya que nos afecta- me refiero a Ecuador- los diferentes convenios o acuerdos que tengamos con otros países y que nos podrían asociar también como “terroristas” o en apoyar lo que ellos en provocar tragedias y más muertes.
Lo que sin duda alguna apoyo completamente a los presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa- aunque aclaro que no comparto su forma de gobernar porque considero que tienen equívoco el concepto de socialismo y que solo están hundiendo más a sus pueblos- fue en participar en la última liberación del Pablo Emilio Moncayo, fue muy emocionante ver las imágenes por televisión del reencuentro con su familia al momento de su liberación y como no perdérselas si hasta ahora es una de las noticias más importantes y de gran conmoción mundial.
Una de las declaraciones de Pablo Emilio que me pareció apropiada y real fue: “–Las FARC– sencillamente existen, son una realidad, no se les puede negar por más que se quiera, parecen invisibles, pero ahí están...” fue un comentario acertado porque por más que Colombia no quiera tener ningún vínculo y acuerdo con ellos, siempre estarán ahí y se hacen presente de la forma más atroz como poniendo bombas en carros y matando millones de civiles cada día, lo cual está provocando una guerra entre propios colombianos.
Lo que sin duda no es justificable es la no participación del Gobierno Colombiano en la reciente liberación del suboficial ahora ascendido a sargento Pablo Emilio Moncayo, que había sido el rehén con más tiempo en las manos de las FARC, porque siendo uno más de los secuestrados no hicieron las labores necesarias para su liberación como si lo fue con la antes candidata a la presidencia Ingrid Betancourt.
¿Será acaso que estuvo presente la importancia de uno y el menos valor de otro?-por decirlo así- siempre ha sido cuestionable porque Colombia no hace lo suficiente para liberar a más personas que aún siguen en cautiverio, olvidan que por continuar con esa disputa (las FARC y Gobierno) prolongan los años de los prisioneros en donde algunos vivirán y otros morirán, y lo peor aun sin saber de sus familias y sin lograr su libertad tan ansiada.
Sin embargo el asunto va más allá de discutir las acciones del régimen colombiano en las liberaciones de sus secuestrados. Esto es cuestión de quien mantiene su poder lo digo así, ya que las FARC no quieren dar su brazo a torcer y el Gobierno de Uribe con sus exigencias dificultan cada día un acuerdo de paz entre los dos, pero si ninguno piensa realmente en una tregua, esta guerra continuará afectando a Colombia y no se llegará a dar una solución a la situación de los miles de rehenes que siguen esperando que los liberen o tendrán que mantener solo sus esperanzas como lo hizo Pablo Emilio o esperar un milagro de Dios para lograr simplemente su derecho a la libertad.
Por: Majitop
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