Me quiero enamorar es prueba de los realities shows que la televisión actual presenta para aliviar la sed de mero entretenimiento de los televidentes. Programas que basan su estructura en el rating que de ella puedan obtener. Esto forja mi idea de que la palabra reality show es sinónimo de exposición aberrante.
Besos, caricias, conflictos amorosos, desnudez, son los temas cliché que se presentan en este tipo de programas polémicos elaborados por productores "creativos". ¿A quién se le ocurre enamorarse y realizar todo el proceso que esto conlleva frente a centenares de personas? Solo a un egocéntrico se le ocurriría elegir a su pareja dependiendo de qué tan diestro sea al desarrollar las payasadas y pruebas exhibicionista a los que se ven obligados a pasar.
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